lunes, 11 de agosto de 2014

FOTOPROTECTORES. QUE SON Y COMO USARLOS





La fotoprotección tiene como objetivo prevenir el daño que se produce en la piel por la exposición a la radiación ultravioleta del sol. Pero, ¿qué es un fotoprotector?, ¿qué componentes debe tener?, ¿cómo usarlo?. En esta entrada vamos a intentar responder a estas u otras preguntas.

Un fotoprotector es una sustancia o mezcla de sustancias que absorben, reflejan o dispersan la radiación ultravioleta. Actualmente incluyen otros componentes que nutren la piel y que reparan los daños de la piel o cumplen otras funciones, como la inactivación de los radicales libre tóxicos para los tejidos que genera una piel expuesta de forma excesiva al sol.


Composición de un fotoprotector

Un fotoprotector ideal debe ser seguro para la salud, ya que se aplica en grandes superficies corporales e incluso varias veces al día. Para asegurar su inocuidad siguen estrictos controles de calidad y deben cumplir exhaustivas normas estandarizadas y tests biológicos. De ese modo, al comprar un producto en la farmacia o en el supermercado podemos estar seguros de que su uso no supone riesgos.
Además de inocuo debe ser eficaz. Debe proteger de los riesgos del sol a corto plazo, como la quemadura solar, y los de largo plazo, como el fotoenvejecimiento y el desarrollo del cáncer cutáneo.

Actualmente los preparados comerciales son una mezcla de dos o más filtros solares combinados junto con los excipientes. Vamos a analizar los distintos filtros y comentar algo acerca de los excipientes.

- Filtros físicos

Son compuestos inorgánicos, polvo de tamaño microscópico de minerales, con propiedades ópticas que reflejan y crean una pantalla que evita que la radiación llegue a la profundidad de la piel. Actuan a modo de espejo que refleja la radiación. Los más usados son el óxido de titanio y el de zinc. Son inertes biológicamente. No tienen ningún efecto biológico y por tanto carecen de efectos secundarios. De hecho son los más usados en los fotoprotectores infantiles ya que son más seguros que los biológicos ya que no interactuan con el organismo.
Al formar una pantalla y ser un polvo mineral son menos cosméticos y dejan blanca la piel al aplicarse

- Filtros químicos u orgánicos

Son compuestos químicos que absorben la radiación ultravioleta transformándola en no dañina. Hay más de 20 reconocidos en la normativa de la unión europea. Algunos protegen más de la radiación UVB, otros de la UVA y también los hay mixtos. Algunos son cinamatos, salicilatos, etc.
Son mucho más cosméticos y mejor aceptados estéticamente.

- Filtros biológicos

No filtran la radiación ultravioleta. Son vitaminas C y E además de otros compuestos que actúan, al aplicarse tópicamente, disminuyendo la toxicidad oxidativa (los llamados radicales libres) en las capas profundas de la piel.

- Excipientes

Son las sustancias que aportan propiedades cosméticas al fotoprotector y su resistencia al agua, etc.Según los excipientes empleados se consiguen las distintas presentaciones. De forma general, y sin entrar en detalles, las formulas más líquidas y menos densas protegen menos que las más espesas y densas. Así, a igual potencia protectora teórica, un spray protegerá menos que una loción y ésta menos que una crema. Los preparados más potentes son los de tipo barra para aplicar en cicatrices, etc. 

¿Cómo se mide la eficacia de un fotoprotector?

Existen formas distintas de medir la protección contra la radiación ultravioleta UVB y la UVA. La más generalizada es el llamado FPS (factor de protección solar) que es aplicable solo a los UVB. Empezemos por este.

- Factor de protección solar. FPS

Es el cociente entre el tiempo de exposición que produce coloración roja de la piel con y sin fotoprotector. Es decir, si usamos un FPS 5 significará que podemos exponernos 5 veces más al sol para ponernos rojos que el tiempo en el que cogeriamos ese color exponiendonos sin protección. Todo ello medido a las 24 horas. Existe una forma estandarizada de medirlo que en Europa se llama COLIPA. 


La protección conseguida al subir el FPS no es lineal. Es decir, una crema con FPS 20 no protege el doble que una de FPS 10. En la gráfica siguiente lo podemos ver. 


Vemos que los fotoprotectores llegados a un nivel de FPS 30, aunque subamos no conseguimos proteger mucho más. La diferencia entre uno con factor 30 y uno con 50 es mínima. 

Se habla de:

-Protección solar mínima.         FPS 2 a 12
-Protección solar moderada.     FPS 13 a 29
-Protección solar alta               FPS 30 o superior


-Métodos de evaluación de la protección contra UVA

No existe una normativa como en el caso de UVB que estandarice el grado de protección. Existen distintos métodos que se pueden encontrar en la documentación de los productos que compramos. Es importante que nuestra crema incluya siempre protección UVA. Para que conozcais los nombres de los métodos son el IPD, PPD, FPA, etc. 

¿Que fotoprotector usar y cómo usarlo? 


-Fototipos

Los fototipos clasifican a las personas en función de su respuesta al sol y el riesgo de sufrir daños por el mismo. Así podemos distinguir: 

  • Fototipo I: personas de piel muy pálida, generalmente pelirrojos. Casi siempre se queman. Practicamente no se broncean nunca.
  • Fototipo II: personas de piel blanca, sensible. Normalmente de pelo rubio o claro. Apenas se broncean.
  • Fototipo III: personas con pelo castaño. Consiguen broncearse tras una fase de enrojecimiento. Es el más comun.
  • Fototipo IV: personas de pelo moreno o negro. Su piel es oscura y se broncean con rapidez al exponerse al sol directo.
  • Fototipo V:  personas cuya piel es más morena que la del fototipo IV.
  • Fototipo VI:  personas de raza negra 
En la aplicación fotoskin para dispositivos móviles que comentamos hace dos entradas tenéis disponible un test para averiguar vuestro fototipo.

Según el fototipo elegiremos el FPS. Será, como norma general, 30 o superior salvo en personas con fototipos altos (IV, V y VI) en las que será suficiente con un FPS 15. Cremas con FPS 5 o menor no deben ser consideradas fotoprotectoras.

-Cantidad y forma de aplicación

Todos los estudios demuestran que usamos poca crema y la aplicamos mal. La cantidad recomendada es de 2 miligramos por centímetro cuadrado corporal. Esto es difícil de calcular. Una aproximación es aplicar una cantidad que llenara la palma de la mano para todo el cuerpo como muestra la imagen.



Hay que aplicarla media hora antes de la exposición solar. Es incorrecto dar la crema en la misma piscina o la playa. Si lo hacemos así hay que esperar bajo la sombra media hora antes de exponernos al sol.

Otra cosa que se nos olvida es que hay que aplicar de nuevo cada dos horas y en la misma cantidad del inicio. Además, aunque nuestro fotoprotector sea resistente al agua, debemos aplicar en las zonas sensibles después de un baño prolongado.

En resumen usamos poca crema protectora y la usamos mal.

En la siguiente entrada daremos 10 consejos para finalizar esta serie que esperamos sea de utilidad. 

Autores:
EAP (Equipo de Atención Primaria) de Azuqueca de Henares
Raúl Piedra Castro
Natividad González Zayas
Blanca Baños Galvez
Pilar Gimeno Minguez

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