lunes, 30 de septiembre de 2013

COMER FRUTAS Y VERDURAS DISMINUYE LA MORTALIDAD



Presentamos un estudio europeo que analiza el descenso del riesgo de muerte asociado al consumo de frutas y verduras. Con este artículo empezamos una serie de divulgación de las publicaciones más relevantes en las revistas médicas en el campo de la prevención de enfermedades y promoción de la salud y hábitos de vida saludable. Es frecuente la aparición de notas de prensa y artículos comentando avances en ciencia en los medios de comunicación con titulares tan impactantes como alejados de la realidad y de la verdad. Estudios con animales de experimentación con avances que son presuntamente aplicables al ser humano o estudios de toxicidad en los que no se valora la dosis de exposición son algunos ejemplos. Son a menudo falsedades que crean expectativas irreales en la población. Con nuestra contribución queremos, en la medida de nuestras posibilidades, poner algo de orden y ofrecer información veraz y sobre todo útil para nuestra población. 

Fruit and vegetable consumption and mortality. European prospective investigation into cancer and nutricion. Am J Epidemiol. 2013;178(4):590-602:

Es un estudio de seguimiento máximo de 18 años (1992-2010) de aproximadamente 450.000 personas de entre 25 y 70 años de edad realizado en 10 países europeos (Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Países Bajos, Noruega, España, Suecia y Reino Unido).

En el se analizó el consumo de frutas frescas, secas o enlatadas (excluidos zumos); verduras (excluidas patatas y legumbres) y su consumo conjunto. Para la mortalidad se analizaron la muerte por todas las causas, la de origen cardiovascular y la mortalidad por cáncer. 

Se consiguió un consumo medio de 387 gramos al día de frutas y verduras durante el periodo de seguimiento. Existían diferencias entre los países con un consumo mayor en el sur de Europa y Reino Unido. España tras Grecia fue el segundo país con mayor consumo de fruta y verdura. 

Se observó una disminución de la mortalidad por todas las causas del 10 % para las personas que consumían más de 568 gramos diarios de frutas y verduras de modo que cada incremento de 200 gramos disminuía el riesgo de muerte entre un 3 y un 6 %. Los investigadores encontraron un umbral bajo el que no se produce efecto alguno sobre la mortalidad, los 400 gramos diarios. Estos resultados se confirmaron también en el estudio de la mortalidad por enfermedad cardiaca pero no en la asociada al cáncer. Los autores explican la falta de este efecto protector en que el periodo de aparición de un cáncer con frecuencia supera el tiempo de seguimiento del estudio y por tanto no ha sido posible ver ese efecto. 

Aunque no fue lineal si se vio que a mayor consumo mayor efecto protector, como indica la siguiente gráfica. 



En el eje de las x (abscisas) vemos los gramos diarios de fruta y verdura consumidos y en el eje de las y (ordenadas) el riesgo relativo. Un riesgo relativo de 1 significa que no existe efecto ni protector ni negativo en mortalidad. Un riesgo relativo mayor de 1 significa un mayor riesgo de mortalidad de modo que una cifra de 2 implica que el riesgo de morir es el doble. Al contrario un riesgo relativo menor de 1 significa efecto protector de modo que un cifra de 0,75 significa un 25 % menos de riesgo de mortalidad. 

En cuanto a las verduras se vio diferencia significativa con mayor efecto protector con el consumo de verduras crudas que cocinadas. Sólo aumentar 100 gramos el consumo de verduras diario se asoció  a un descenso de entre el 3 y el 5 % de la mortalidad. Es importante destacar que en el consumo de verduras y su efecto sobre la mortalidad no se encontró umbral por lo que el efecto se manifiesta incluso en consumos bajos. 

El análisis del consumo de frutas aisladamente no se asoció a un descenso de la mortalidad global salvo en las mujeres.

Es también importante destacar que el efecto sobre la mortalidad fue mayor en obesos, pacientes con consumo excesivo de alcohol y fumadores. 

Grado de evidencia:

Se trata de un estudio de seguimiento poblacional. La calidad de la información del estudio es buena con algunos peros. La población recogida y seguida no fue uniforme en todos los países. Por ejemplo, en Francia y Noruega no se recogieron datos de hombres ya que la selección se hizo entre mujeres que acudían a un programa de prevención de cáncer de mama con mamografía. Entendemos que el altísimo número de personas seguidas de forma global, cercana al medio millón, anula en gran parte problemas de método como el comentado. 
El grado de evidencia mide en ciencia la calidad del estudio y su cercanía a la verdad. Este estudio entra en la segunda categoría ya que no se trata de un experimento sino una recogida de datos a lo largo del tiempo. Sin embargo la categoría segunda corresponde a una alta calidad de los resultados obtenidos y gran parte de las políticas sanitarias de los países están basadas en evidencias de ésta categoría. 
En resumen, podemos creer los datos como ciertos y sus recomendaciones como válidas. 

Utilidad y aplicabilidad:

El estudio es útil y aplicable a nuestra población ya que 36.000 participantes eran españoles. El rango de edad era amplio por lo que puede aplicarse a la generalidad de la población adulta. Además estamos en el rango mayor de consumo de frutas y verduras y el efecto protector es mayor a mayor consumo por lo que los beneficios pueden mostrarse más aquí.
El efecto se ha demostrado superior entre las personas de mayor riesgo como obesos, alcohólicos y fumadores, pero está presente en toda la población. 

La intervención en fomentar un mayor consumo de frutas y verduras entre nuestra población cuenta ahora con una evidencia sólida más que avala sus beneficios. El incremento de 100 gramos diarios de verdura o de 200 gramos de fruta y verdura ya manifiestan un descenso de la mortalidad de entre un 3 y un 5 %. Es un beneficio notable y a corto plazo ya que se produce con una latencia de año y medio. Es decir, al año y medio de aumentar nuestro consumo de frutas y verduras ya mejoramos en salud. 

Advertencias y conflicto de intereses:

No hemos detectado conflicto de intereses en el artículo. 

Autores:
EAP Azuqueca de Henares
Raúl Piedra Castro
Natividad González Zayas
Pilar Gimeno Minguez
Blanca Baños Galvez


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