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Los cambios en el estilo de vida representan el principal y más importante tratamiento de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 (DM2) o diabetes del adulto. Ningún fármaco ayuda tanto a mejorar los controles de azúcar en sangre como una alimentación equilibrada y un régimen de ejercicio saludable. Estos hábitos deben iniciarse desde el momento del diagnóstico y mantenerse a lo largo de toda la vida del paciente. En éste y en las siguientes entradas del blog vamos a repasar las generalidades de la alimentación y del ejercicio físico para los pacientes diabéticos.
No deben tomarse como recomendaciones estrictas sino como información general que será preciso adaptar a sus características personales y forma de vida acudiendo a la consulta de su enfermera del centro de salud.
La alimentación en las personas con DM tipo 2 debe ser correcta y equilibrada, es decir:
-Debe aportar la energía suficiente para mantener el peso y la estructura corporal adecuada, o disminuir el exceso de grasa y mejorar la obesidad que habitualmente coexiste con la DM2.
-Contener los macro (carbohidratos, proteínas y grasas) y micronutrientes (vitaminas, minerales oligoelementos) indispensables para buen funcionamiento corporal.
Carbohidratos.
Comenzamos con los carbohidratos o hidratos de carbono. Son los azúcares de la dieta. El cuerpo asimila los elementos más sencillos, la glucosa, galactosa y la fructosa. En los alimentos existen combinaciones de estos carbohidratos sencillos. Por ejemplo el azúcar de la leche, la lactosa es una molécula que contiene una unidad de glucosa y una de galactosa. El azúcar propiamente dicho, la sacarosa contiene una molécula de glucosa y otra de fructosa.
Existen en la naturaleza formas más complejas de almacenar cantidades mayores de carbohidratos y que los humanos aprovechamos en nuestra alimentación. De forma muy resumida existen una forma de almacenamiento vegetal que es el almidón (por ejemplo, la que utiliza la planta de la patata) y otra de almacenamiento animal que es el glucógeno (almacén de carbohidratos del hígado y músculos de los animales).
Son elementos básicos en la alimentación humana. Junto con las proteínas y las grasas. Por tanto son imprescindibles en la dieta de todas las personas en la cantidad adecuada.
Antiguamente se establecían dietas y recomendaciones nutricionales donde existían alimentos prohibidos que no debían comerse nunca. Actualmente no se considera ningún alimento proscrito pero sí deben seguirse unas recomendaciones bastantes estrictas para elaborar los menús y las dietas de los pacientes diabéticos.
La American Diabetes Association y la European Association for the Study of Diabetes, dos de las sociedades científicas más prestigiosas, seguidas e importantes del mundo, recomiendan una cifra de carbohidratos en la dieta de la persona diabética de entre el 40 y el 50 % sobre el total de calorías ingeridas diariamente. La cantidad total diaria de estos nutrientes no deberá exceder los 120 gramos al día.
Raciones de Carbohidratos.
Podemos cuantificar los carbohidratos en raciones. Una ración se ha establecido que es la cantidad de alimento en crudo que contiene 10 gramos de hidratos de carbono. A modo de ejemplo, en la siguiente tabla, ponemos algunos alimentos y su equivalente en peso para conseguir una ración de hidratos de carbono.
Índice glucémico.
Cuantifica el efecto sobre el nivel de azúcar en sangre de tomar los distintos alimentos comparados con la elevación del nivel de azúcar tras tomar sacarosa pura. Nos da idea de como influirá el comer determinado alimento en los controles de azúcar en sangre del paciente diabético. El paciente debe conocerlos a la hora de elaborar los menús. Ingerir una cantidad correspondiente a una unidad de carbohidratos de un alimento con un índice glucémico alto subirá más el azúcar en sangre que otro con un índice bajo y por tanto será, en cierto modo, más peligroso. En la siguiente tabla ponemos ejemplos de distintos alimentos.
Existen factores que pueden modificar estas cifras. Por ejemplo los alimentos en trozos grandes o crudos tienen un índice glucémico menor que los alimentos en trozos pequeños o cocinados. Existe asimismo gran variedad entre las distintas personas por lo que debe servirnos de orientación no como dogma.
Como resumen, el paciente debe conocer estos conceptos para elaborar una dieta personal que mejore su enfermedad y evite la aparición de complicaciones.
Autores:
EAP Azuqueca de Henares
Raúl Piedra Castro
Pilar Gimeno Minguez
Blanca Baños Galvez
Natividad González Zayas
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