viernes, 28 de marzo de 2014

VIAJAR EN AVIÓN: CONSIDERACIONES SANITARIAS. PRIMERA PARTE



La Organización Internacional de la Aviación Civil prevé que durante las próximas dos décadas se duplique el número de vuelos de larga distancia. Viajar por vía aérea expone a los pasajeros a una serie de factores que puede afectar su salud. Los viajeros con problemas médicos preexistentes y aquellos que precisan asistencia médica tienen más probabilidades de verse afectados y deben de consultar con su médico con suficiente antelación antes de viajar. Los riesgos sanitarios asociados con el viaje en avión se pueden minimizar si el viajero o planifica cuidadosamente y adopta algunas sencillas precauciones antes, durante y después del vuelo. 


A continuación exponemos los diversos factores que pueden afectar a la salud y bienestar de los viajeros por aire. 

Oxígeno e hipoxemia. 

Aunque las cabinas de los aparatos están presurizadas, la presión del aire en la cabina, durante el vuelo, es más baja que la presión del aire a nivel del mar. A una altitud típica de crucero de 11.000-12.000 metros, la presión del aire en la cabina equivale a la presión del aire en el exterior a 1.800-2.400 m sobre el nivel del mar. En consecuencia, la sangre absorbe menos el oxígeno (hipoxemia) y los gases en el interior del cuerpo se expanden. Los efectos de una presión de aire reducida en cabina son normalmente bien tolerados por los pasajeros sanos. 

Los pasajeros con determinados problemas médicos, especialmente problemas de corazón o de los pulmones y afecciones de la sangre como ciertas anemias severas (en particular la drepanocitosis) pueden no tolerar esa disminución en la presión de oxígeno. Estos pacientes deben ponerse en contacto con antelación con la compañía aérea para disponer durante el vuelo de un suministro adicional de oxígeno durante el vuelo. La compañía generalmente aplica un cargo adicional a este servicio. 

Expansión de gases

Cuando el avión gana altitud la reducción de la presión del aire de la cabina hace que los gases se expandan. Y de la misma forma cuando el avión pierda altitud para aterrizar los gases se contraen. Estos cambios pueden tener consecuencias en los lugares donde hay aire retenido en el cuerpo. Durante el ascenso del avión el aire escapa de los oídos y los senos paranasales produciendo a veces sensación de taponamiento. Cuando el avión pierde altura el aire tiene que volver de nuevo al oído y los senos para igualar la presión a ambos lados del tímpano. Si esto no ocurre se produce a veces sensación de taponamiento y dolor. Tragar, masticar o bostezar generalmente alivian estas molestias. En el caso de los bebés darles de comer o ponerles un chupete les puede aliviar los síntomas.

Las personas con infecciones de los oídos, la nariz o los senos paranasales deben evitar viajar. La imposibilidad de movilizar el aire e igualar las presiones a ambos lados del tímpano ocasionarán dolor e incluso pueden llegar a producir lesiones, como perforaciones del tímpano. Si no pueden retrasar su vuelo se aconseja usar gotas descongestionantes nasales antes de despegar y de aterrizar para aliviar las molestias y prevenir las complicaciones. 

Mientras el avión asciende el gas del abdomen se expande, generando molestias, generalmente leves. 

Algunas cirugías (por ej. la cirugía abdominal), algunos tratamientos (por ej. el tratamiento del desprendimiento de retina) o pruebas diagnósticas pueden provocar la introducción de aire en alguna cavidad corporal. Los viajeros que se hayan sometido a estos procedimientos deben consultar con su médico cuánto tiempo debe esperar antes de emprender un viaje en avión. 

Humedad del aire

La humedad relativa del aire de la cabina del avión es baja (en torno al 20%). La baja humedad provoca molestias pero no verdaderos problemas de salud. Ocasiona sequedad de piel, molestias en los ojos, la boca y la nariz. Se aconseja usar crema hidratante, spray nasal salino y usar gafas en vez de lentes de contacto para aliviar o prevenir las molestias oculares. 

Mareo (cinetosis)

El mareo en los viajeros de avión es raro salvo en casos de turbulencias fuertes. Los viajeros que los sufren deben solicitar asientos en la sección media de la cabina. Si lo precisan pueden solicitar a su médico medicación antes de volar y deben evitar el alcohol durante el vuelo y las 24 horas previas. 

Submarinismo

Los practicantes de submarinismo no deben volar excesivamente pronto después de bucear, dado el riesgo de desarrollar síndrome de descompresión debido a la presión reducida en la cabina del avión. Se recomienda no volar hasta pasadas 12 horas de la última inmersión y prolongar este periodo hasta 24 horas si se han hecho múltiples inmersiones o alguna inmersión ha requerido paradas de descompresión durante el ascenso. Los submarinistas viajeros que quieran ampliar la información pueden buscar consejo especializado en las escuelas de submarinismo.

http://www.diversalertnetwork.org/medical/faq/Defalt.aspx

En las siguientes entradas trataremos otros temas de salud relacionados con los viajes en avión. 

Imagen. www.boeing.es/

Para aquellos de vosotros que sepáis inglés y queráis consultar un resumen de consejos a viajeros la Aerospace Medical Association tiene un tríptico que está muy bien en el siguiente link:

HEALTH TIPS FOR AIRLINE

Autores:
EAP Azuqueca de Henares
Dra. Lucía González-Tarrío Polo
Dra. Rosa de la Peña Ingelmo




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